El verano de 2021 está a la vuelta de la esquina y en esta época del año nuestro cuerpo se esfuerza para hacer frente a los aumentos de temperatura. Las olas de calor que marcan el verano tienen un impacto real en nuestro cuerpo y más particularmente en su nivel de hidratación, que desciende mucho más rápido con las altas temperaturas. Se trata pues de permanecer atentos porque los riesgos de deshidratación son reales y solo existe una solución para evitar sus inconvenientes: hidratarse más y mejor. Veamos juntos cuáles son los efectos del aumento de temperatura en nuestro organismo y cómo afrontarlo.
El impacto del calor elevado en nuestro organismo: Termorregulación y deshidratación.
- Durante las olas de calor, nuestro cuerpo debe poner en marcha diversos mecanismos para mantener su temperatura en torno a los 37,5°C. Ante un aumento repentino de la temperatura, desencadena una serie de procesos fisiológicos: esto se denomina termorregulación.
- Primero, los vasos sanguíneos se dilatan. Esta dilatación conduce el calor a la piel y facilita el intercambio de calor con el exterior: la sangre se enfría. Esta adaptación del cuerpo al calor representa el enfriamiento por convección. El calor se transfiere al ambiente externo.
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¿Cuál es el papel de la transpiración en verano? El mecanismo más eficaz para hacer frente al calor sigue siendo la transpiración. Es un fenómeno esencial que, además de jugar un papel en la termorregulación, permite la eliminación de muchos productos metabólicos de desecho. La sudoración involucra las glándulas sudoríparas que producen el sudor. En caso de calor, estos se activan y cubren la piel con una fina película de sudor, aportándole frescura, pero es al evaporarse que el sudor permitirá la disipación del calor. Transpiramos una media de 0,5 a 1 litro de sudor al día, que sube a 4 litros al día en caso de altas temperaturas . La transpiración se compone principalmente de agua, pero también de electrolitos, a saber, sodio hasta 70 mmol/L y cloro hasta 55 mmol/L. ¡Por eso el sudor sabe salado!
[ para qué sirve la transpiración ]
[ la composición del sudor ]
- En caso de altas temperaturas, el cuerpo puede verse abrumado e incapaz de mantener su temperatura corporal. La falta de agua y electrolitos son suficientes para limitar la producción de sudor, que luego será insuficiente para bajar la temperatura interna, corre el riesgo de sufrir un golpe de calor.
- Como habrás entendido, durante una ola de calor, tu peor enemigo es la deshidratación, aquí tienes las señales:
El signo más evidente de deshidratación es la sed . Este es un mensaje de tu cerebro para decirte que tu cuerpo necesita agua.
En caso de mayor falta de agua, tus mucosas (boca, labios) están secas , sientes cansancio y calambres .
La cantidad orinada también es un buen indicador de tu nivel de hidratación, si es bajo, debes rehidratarte.
Además, dado que el cuerpo humano es 60% agua, perder más del 5% de su peso total puede ser un signo de deshidratación severa.
Por último, los dolores de cabeza , los trastornos neurológicos como la confusión , los mareos o la desorientación también son indicadores de una ingesta insuficiente de líquidos.
Si experimenta estos síntomas, busque el consejo de un profesional de la salud.
[ síntomas de deshidratación ]
- Además de estos síntomas desagradables y el riesgo de hipertermia , las consecuencias de la deshidratación en tu cuerpo no se detienen ahí. Una pérdida importante de agua conduce también a una pérdida importante de electrolito y más particularmente de sodio. Sin embargo, esta última juega un papel fundamental ya que interviene en el mantenimiento de la presión arterial, participa en el buen funcionamiento de nervios y músculos y regula el equilibrio hídrico del organismo. Por lo tanto, la falta de sodio, también llamada hiponatremia*, puede causar hipotensión, confusión mental o incluso contracciones musculares involuntarias y convulsiones.
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*La hiponatremia es una de las anomalías hidroeléctricas observadas con mayor frecuencia, pero ¿qué significa realmente?
La concentración de sodio en la sangre normalmente está entre 135 y 145 mmol/L, si es menor de 135 mmol/L hablamos de hiponatremia: bajo nivel de sodio en la sangre. Por el contrario, si su concentración es superior a 145 mmol/L, hablamos de hipernatremia: aumento de sodio en la sangre. Estos dos estados (hipo e hipernatremia) tendrán consecuencias sobre la distribución del agua en el organismo. En efecto, el agua se distribuye en el cuerpo entre el medio intra y extracelular, es decir, dentro y fuera de las células.
En caso de hiponatremia, se forma un desequilibrio entre el agua y el sodio: la sangre es menos rica en sodio y más rica en agua. El agua se moverá entonces del medio más concentrado (la sangre) al medio menos concentrado (la célula) para restablecer su equilibrio de concentración. El problema es que esta fuga de agua de la sangre al medio intracelular provoca una deshidratación extracelular.
Consejos para mantenerse hidratado en verano
Para mantener una buena salud durante las olas de calor es necesario compensar las pérdidas de agua y electrolitos manteniendo una ingesta adecuada. El cuerpo no puede almacenar agua porque la usa continuamente en los procesos de respiración, transpiración pero también en la eliminación de desechos a través de la orina. Por lo tanto, es necesario compensar este uso diario con una hidratación regular a lo largo del día.
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