El agua, el primer constituyente del cuerpo (compuesto por un 60% de agua en promedio), está en el centro del buen funcionamiento de nuestro organismo. De hecho, el agua es esencial para la vida. Ayudará a asegurar el buen funcionamiento de nuestras células y un volumen sanguíneo estable y equilibrado.
En realidad, una buena hidratación permitirá que la sangre aporte a cada célula la cantidad adecuada de vitaminas y minerales, al mismo tiempo que podrá eliminar los desechos diarios a través del sistema renal.
Y aunque una buena hidratación diaria es fundamental, a veces es difícil entender este fenómeno y los comportamientos adecuados a adoptar.
Como funciona ?
La regulación de la cantidad de agua en nuestro cuerpo se realiza principalmente por un camino desde nuestra boca hasta nuestras células. Pero cómo ?
Todo es una cuestión de equilibrio , entre aportes y pérdidas. Cuanto más bebemos, más renovamos el agua en el cuerpo gracias a su excreción a través del sudor, la orina o incluso la respiración.
Estas pérdidas de agua deben ser compensadas constantemente gracias a los aportes, gracias a una buena hidratación.
El mecanismo de hidratación es bastante simple:
- Si bebemos , es principalmente debido a la sed.
De hecho, la sed se desencadena si el volumen de sangre es demasiado bajo. Nuestro cuerpo detecta un volumen de sangre inadecuado y envía un mensaje al cerebro, provocando así la sensación de sed.
Tomemos el ejemplo del camino de unos sorbos de agua:
- La primera etapa es el descenso de agua en pocos segundos hacia el esófago.
- Luego, el agua pasa unos diez minutos en el estómago donde encontramos una ligera absorción del
- Después de eso, el agua atraviesa la pared del intestino delgado para pasar a la sangre. En realidad, las moléculas de agua atraviesan la membrana que separa el intestino de la sangre gracias a una diferencia de concentración de agua entre el intestino y la sangre: esto se denomina transporte de gradiente osmótico. (+ diagrama pequeño?)
- Finalmente, el agua es transportada a nuestras células y por ende a nuestros órganos, con el fin de mantener su correcto funcionamiento.
Gracias a este precioso circuito, cuando bebemos 2L de agua al día, ¡el 99% del agua de nuestro cuerpo se renueva en 50 días!
Hidratación, una historia de proporciones!
Hidratar sí, pero ¿en qué cantidades?
Sabiendo que la comida aporta 700 ml de agua, o sea el 20% del requerimiento diario, es necesario beber de 8 a 9 vasos de 250 ml de agua al día. Por lo tanto, se recomienda beber alrededor de 1 a 1,5 litros de agua por día en total. Para las personas mayores, la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria recomienda beber al menos 0,8 litros al día, e idealmente de 1,3 a 1,4 litros.
La hidratación cambia con la edad, pero ¿cómo?
Primero, en los bebés menores de 6 meses, el agua representa en promedio el 75% del peso de su masa corporal. Luego, esta proporción disminuye hasta la pubertad, alrededor de los 12 años, cuando alcanza alrededor del 60% del peso corporal. Finalmente, a partir de la edad adulta, el contenido de agua corporal disminuirá más rápidamente en mujeres que en hombres, llegando al 55% en una persona mayor.
¿Cómo se distribuye el agua en nuestro cuerpo?
El agua se difunde a todas nuestras células, preferentemente a órganos y tejidos diana como los pulmones (compuestos por un 78 % de agua), el cerebro (76 %) o incluso los músculos lisos (75 %).
Tenga en cuenta que estas proporciones pueden variar, especialmente en el caso de actividad física, en caso de fiebre , diarrea o mucho calor. Por lo tanto, será necesario mantener una buena hidratación aumentando la ingesta.
En definitiva, la hidratación varía de un sujeto a otro , ya sea por la edad , o en respuesta a factores externos , patologías o estilos de vida.
Hidratación, ¿para qué sirve?
Mantener un cuerpo bien hidratado es mantener un cuerpo sano. La hidratación contribuye al buen funcionamiento del cerebro, actúa sobre el estado de ánimo, regula la temperatura corporal, elimina toxinas del organismo y ayuda a superar la deshidratación.
El cerebro humano está compuesto por un 76% de agua, por lo que un cerebro mal hidratado se vuelve menos funcional, impactando en la memoria, con una caída en el rendimiento físico y mental.
El agua es el principal constituyente de la sangre. Por lo tanto, una buena hidratación permitirá que la sangre y la circulación sanguínea desempeñen plenamente su función: suministro de oxígeno a los órganos, transporte de vitaminas y minerales, eliminación de dióxido de carbono.
¿Cómo mantenerse hidratado?
El suministro de agua se realiza a través de 3 vías:
- La ruta metabólica: el metabolismo son todas las reacciones que tienen lugar en nuestro cuerpo, y estas reacciones pueden producir elementos, ¡incluida el agua! De hecho, esta agua se produce a partir de nuestros nutrientes y, en particular, de los lípidos. Nuestro propio cuerpo produciría por tanto una media de 250 a 350 ml de agua al día, que puede llegar hasta los 600 ml en caso de actividad física intensa.
- Alimentación: Al día, se estima que con una dieta normal se puede aportar de 0,5 a 1L de agua. Algunos alimentos contienen un mayor porcentaje de agua que otros: las verduras verdes están a la cabeza con un 90% de agua, seguidas de cerca por la fruta fresca (entre un 80 y un 95% de agua), o las proteínas como el huevo, la carne o el pescado.
- Bebidas: Por día, la bebida aporta alrededor de 1,5L de agua. De hecho, el agua pura y las bebidas representan en promedio del 70 al 80% de la ingesta total de líquidos, es decir, la mayor parte de la ingesta. La ingesta de agua a través de las bebidas varía mucho según el individuo, se estima que el consumo diario total de líquidos varía entre 100 ml y más de 7 litros. Por eso es importante adaptar tu consumo a tus necesidades, gracias a unos buenos hábitos diarios: recuerda siempre mantenerte hidratado, bebiendo una media de 8 vasos de agua al día. ¡Llevar contigo una botella de agua para el día es ideal para recordar mantenerte hidratado!
- Tomar sales minerales: un empujón que no se debe pasar por alto, las sales minerales juegan un papel fundamental en nuestra salud. Actúan en sinergia para asegurar la producción de nuestra energía, un esqueleto sólido, o incluso una buena defensa del organismo. Sin embargo, nuestro cuerpo no puede producirlos y es necesario un suministro. Esta contribución se hace en particular gracias al agua que bebemos. Por lo tanto, una persona deshidratada será deficiente en estas sales minerales. Por lo tanto, una ingesta adicional para un reequilibrio de estas sales garantizará el buen funcionamiento del cuerpo en caso de deshidratación.
En resumen, al estar limitada la producción de agua por parte del organismo, el agua se renueva principalmente gracias a lo que bebemos y lo que comemos.
Todos los días hay que beber con regularidad y la hidratación es fundamental, más aún en determinadas situaciones como un ambiente caluroso o un esfuerzo físico, por ejemplo. ¡Manténgase hidratado, manténgase saludable!
